martes, 4 de noviembre de 2008

Pascual Payá LLoret de iletrado a Personaje Ilustre de España



Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net


En el padrón de 1889 de Ibi dice que en la calle San Blas nº 43, vive, con su familia, Pascual Payá Lloret de once años. No sabe leer ni escribir.
Esta circunstancia es comprensible a la luz de la realidad sociocultural del Ibi de aquellas décadas de finales del siglo diecinueve y principios del veinte. Según el padrón, sólo dieciocho personas tienen una capacidad media o alta y más de la mitad de ellos eran maestros y curas, a otra mitad, terratenientes.
Todavía en 1920 cuando la industria ya desempeña un papel importante en la economía local casi la mitad de la población de Ibi era analfabeta. Si bien eran un porcentaje similar o incluso inferior a la media provincial, se alejaba de la media de Barcelona, ciudad donde radicaba la competencia del juguete.
Mi familia, conscientes de las limitaciones que su preparación, meramente artesanal, representaba para una industria que había alcanzado unas dimensiones muy superiores al antiguo taller familiar, trataron de aminorar este problema desde fechas tempranas pagando a sus trabajadores para que pudieran realizar estudios nocturnos y no sólo a los varones. Lo atestiguan los avisos que la empresa colgaba en el tablón para los empleados y que se conservan en el Museo del Juguete, de los años 1919, 21 y 23 en las que se dicen:
“Quedan abiertas clases gratuitas nocturnas para todos los obreros y obreras de nuestras fábricas que deseen asistir a cualquiera de las escuelas de los Sres. D. Anselmo Coloma, D. Pedro Más, D. Tomás Picó y D. Alvaro Verdú; se entiende, que los honorarios de dichas clases serán de nuestra cuenta”. Incluso en la nota de 1923 dice que “Queda abierta clase nocturna para el personal de esta fábrica que deseen asistir a la escuela de D. Francisco Fau Peidró, quienes deseen asistir deberán solicitar antes en nuestras oficinas la correspondiente papeleta”.
Ya después de la guerra civil en 1942, Payá creó la Escuela de Aprendices, y la de Formación Profesional, esta vez sí sólo para los muchachos, eran otros tiempos. Su labor de formación se orientó especialmente a los ajustadores y matriceros. Procuró a los muchos que allí se formaron unos conocimientos de gran valía reconocidos a través de los Premios que consiguieron sus alumnos Juan Vicedo y Ramón Valero en diferentes concursos provinciales, nacionales e internacionales. Otros no lograron premios pero su formación contribuyó a sentar las bases que han permitido que el pueblo de Ibi tenga un desarrollo industrial.
Esta inquietud por la formación, en principio para salir del analfabetismo y posteriormente para labrarse un porvenir profesional, que siempre tuvo el abuelo Pascual es un legado inapreciable que Payá dejó para el pueblo y estoy seguro de que las circunstancias que rodearon su infancia pesaron mucho a la hora de persistir en este gran empeño. Quiso ahorrar a los demás lo que él tuvo que sufrir.
Días pasados he recibido una carta de la Real Academia de la Historia en la que me notifican que la Comisión de Ciencias Económicas, Políticas y Sociales de la Real Academia de la Historia, constituida por sus excelencias: Da. Carmen Iglesias, D. José Angel Sánchez Asiaín, y D. Manuel Jesús González, han considerado la inclusión de la biografía de D. Pascual Camilo Payá Lloret en la obra: Diccionario Biográfico Español de Personajes Ilustres. Carta que entregué a nuestra Alcaldesa para que quede en el Archivo Municipal y para que las autoridades municipales actúen como crean conveniente ya que como Personaje Ilustre de España nacido en Ibi, sólo tienen a mi abuelo Pascual.Y para terminar quiero hacer saber que la cadena de Televisión Valenciana Punt Dos en un programa que van a iniciar llamado “Pioners”, dedicarán una sesión al abuelo Pascual. En cuanto sepa el día en que va a emitirse lo notificaré por este mismo medio.

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